Tranquila, no eres la primera ni la última mujer con anorgasmia, como se llama a la disfunción orgasmica o la dificultad para alcanzar un orgasmo. Sólo en los Estados Unidos, aproximadamente el 15% de las mujeres reportan el mismo problema, y el 10% nunca han tenido un orgasmo. Las cifras son similares o mayores en otros países. En este artículo te platicamos de qué se trata la anorgasmia y cómo se trata.
Cuando hablas con tus amigas sobre el sexo, no puedes evitar sentir un poco de envidia por la forma en que relatan sus orgasmos. Tu también quisieras tener uno (¡quién no!), pero no sabes por qué no lo logras.
¿A qué se deben los problemas para alcanzar un orgasmo?
¿Qué pasa contigo? Nada extraño. La mayoría de las veces la imposibilidad de tener un orgasmo se debe a miedo, falta de experiencia, inhibición sexual, algún trauma sexual del pasado, estrés, culpa, vergüenza, falta de confianza en ti misma, ansiedad, depresión, o problemas con tu pareja. En algunos casos, aunque muy pocos, el problema puede radicar en una medicina que estás tomando o en una enfermedad crónica.
Para entender en qué radica tu dificultad para alcanzar un orgasmo o clímax sexual, es importante que sepas primero cuál es el tipo de anorgasmia que tienes:
Si nunca has experimentado un orgasmo en tu vida, tienes anorgasmia primaria. Si has tenido orgasmos antes pero ahora no puedes lograrlos, tienes anorgasmia secundaria. Y si tus orgasmos suceden en situaciones muy específicas, por ejemplo sólo a través de la masturbación o del sexo oral, tienes anorgasmia situacional. Este último tipo de anorgasmia es el más común, pues el 70% de las mujeres sólo alcanzan un orgasmo a través de la estimulación del clítoris.
¿Tienen solución los problemas para alcanzar un orgasmo?
La buena noticia es que la anorgasmia tiene solución en la gran mayoría de los casos. Probablemente esta información ya te está tranquilizando un poco, y esa es la primera clave para alcanzar un orgasmo. El ponerte nerviosa o estresada porque no logras un orgasmo, sólo hará que cada vez sea más difícil alcanzarlo. Así es, la mayoría de las veces lo que necesitas es relajarte y disfrutar de tu relación sexual.
Si crees que la base de tu dificultad está en la falta de comunicación con tu pareja o en la incompatibilidad sexual, trata de hablar con él para que busquen juntos nuevos modos de estimularte. Puede ser a través de un mayor preludio (más juego previo) en la relación sexual, que te estimule el clítoris por más tiempo, o que prueben el sexo oral. No tengas miedo de hablar con tu pareja, es muy saludable.
Algunas mujeres o parejas prefieren buscar o requieren ayuda de la terapia sexual, ya sea individual o terapia de pareja. La terapia es excelente para analizar lo que te está pasando y encontrar las bases del problema en tu propia mente, o en la pareja.
Desde luego, nunca está de más comentarlo a tu ginecólogo(a) y pedirle que te haga un chequeo general para saber si tu anorgasmia se debe a un problema físico. Si no pasa nada con tu cuerpo, tu mente tendrá una preocupación menos y podrá concentrarse en disfrutar del sexo.
Finalmente, el objetivo es: disfrutar tu vida sexual a plenitud. Tú tienes tanto derecho como las demás mujeres a disfrutarla, así que no te quedes en silencio ni dejes de buscar una solución. Después de sentir el primer orgasmo, no vas a dudar que valió la pena.
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